Desconcertados se miran entre ellos. Todo es nuevo. Nada es viejo. Como si al parpadear no estuvieran en casa, en su hogar. Todo ha cambiado. No les queda más remedio que salir, andar y correr por la nueva tierra que les han brindado. Atrás quedaron los recuerdos, los juegos y los más grandes deseos. ¿Por qué tuvo que ser todo tan rápido?
Sólo los más perspicaces se dieron cuenta de que venía. ¿Por qué tenía que pasar justo ahora? El sillón de su vida está amoldado y un huracán inevitable se lo ha llevado. ¿Desesperación? ¿Delirio? No tienen por qué caer en esto. Todo ha llegado. Nuevas esperanzas para la gris apatía y nuevos momentos que vivir a nuestro lado. Los sueños les liberan, les hacen comprender que esto no es malo, tan sólo hay que mirar de frente.
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