2 abr 2012

Two Steps From Hell - Heart of Courage (Extended Version)

El atardecer de los corazones se acaba para resurgir en mantos de estrellas adornados por la pérdida de la humanidad en el cuadro barroco de la naturaleza más pura. La humanidad se perdió hace tanto que ya nadie recuerda qué es. 


Puede ser la sonrisa de un niño, el invento del siglo, el esfuerzo conjunto o el amor más puro y místico. Viajes insondables a la tierra de las emociones. El frío desaparece y comienza el calor del sol más puro: el corazón. El corazón nos mueve. El corazón nos crea. El corazón nos guía. El corazón nos culmina.


Seguimos corriendo por abismos, a tontas y a locas, sin rumbo fijo pero con ideas claras. Aguas claras y oscuras a nuestro alrededor en este frío mar de dudas que es la vida misma nos acompañan y nos miran. Llegar a buen puerto depende de nosotros, sólo de nosotros, no podemos quedarnos quietos. Hay que moverse. 


El trabajo, el esfuerzo, el razocinio humano no es más que la derivación de la carrera por la pasión más intelectual, pura y emocional. Hay que conseguirlo como sea, pues es nuestro objetivo. El objetivo nos motiva. El objetivo nos mantiene vivos. El objetivo nos levanta cuando caemos. Es él quién ha puesto en nosotros su gota de vida cristalina.


Llegaremos lejos unidos, la humanidad se quiere, es social y un organismo en estado puro, no para de moverse y no para de crecer. Somos nosotros. Somos puros y somos magníficos. Nunca tenemos que olvidarlo. Somos críticos y somos juiciosos. La moral que forjamos es capaz de guiarnos por grandes senderos de sabiduría y honradez, de maternidad y vecindad, de hermandad y afecto.


La muerte no es más que una etapa más en la carrera, no la temáis. El fracaso no es más que un tutor, no le engañéis. El conflicto no es más que un examinador, no lo perdáis. 


Nunca olvidemos llevar con nosotros a nuestra humanidad, no la perdamos, no perdamos nuestro corazón, no perdamos nuestro objetivo, no perdamos nuestra moral, nuestro afecto y a nosotros mismos. No vayamos solos. No vayamos desunidos. No vayamos vacíos. Tenemos que mantenernos acompañados, en hermandad y plenos de todo lo rico y extraordinario que tenemos la humanidad. Debemos mantener y preservar nuestra propia vida y no dejar que ésta pare. 



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